Hidrocele

Durante el primer trimestre del embarazo, el testículo migra desde la región lumbar hasta el escroto, pasando a través del trayecto inguinal por el conducto peritoneovaginal, que se cierra durante el primer año de vida. Como resultado final de este proceso se genera la cavidad virtual vaginal. La vaginal es una membrana serosa que se compone de una hoja parietal que tapiza la cara interna de la pared escrotal y una hoja visceral adherida al tejido testicular. El hidrocele en el adulto consiste en la acumulación de líquido en esta cavidad vaginal escrotal no comunicante que produce un aumento del volumen del escroto. Puede ser idiopático o adquirido (secundario a traumatismo, inflamación o tumor).

El hidrocele idiopática es el más frecuente y es debido a una excesiva secreción por parte de esta capa vaginal. La historia clínica y una adecuada anamnesis nos ayuda a identificar un hidrocele secundaria a un proceso infeccioso, a un traumatismo local o a cualquier otro proceso agudo.

En la exploración clínica, por lo general, el hidrocele se presenta como un escroto voluminoso más o menos tenso, no doloroso y no inflamatorio, que no se reduce con la presión. Cuando es voluminoso puede dificultar la exploración del testículo.

El hidrocele no afecta el funcionamiento de los testículos y no producen impotencia o incapacidad de erecciones.

La ecografía testicular es una herramienta muy útil, aunque no indispensable para el diagnóstico. Si el testículo es inaccesible a la palpación, conviene realizar una ecografía escrotal. También es útil para descartar la presencia de una hernia inguinal asociada o de un quiste del cordón. Esta exploración también permite observar la posición y la normalidad del testículo, así como su vascularización en modo Doppler, descartando procesos inflamatorios o tumorales como origen del hidrocele (hidrocele secundario).

El tratamiento de elección del hidrocele es quirúrgico. La indicación quirúrgica se planteará ante la presencia de dolor o molestias ocasionadas por un hidrocele de gran tamaño y también por consideraciones estéticas. Hay que explicar que el efecto de la cirugía sobre el volumen escrotal es retardado debido al componente inflamatorio y que el escroto puede no ser simétrico. La tasa de recidiva pese al tratamiento quirúrgico es del 5%

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